A finales del pasado mes de Julio el Dépor cerraba la cesión de Guilherme dos Santos, mediocampista que procedía del Udinese italiano. El jugador llegaba a A Coruña como un auténtico desconocido para la afición, y el rendimiento de sus primeros partidos no ayudó.

Pese a contar con la confianza total de Gaizka Garitano, sus partidos fueron bastante malos y fue relegado al banquillo. Se estuvo poniendo a punto físicamente y logró volver al once unos pocos partidos después gracias al bajón de rendimiento de Pedro Mosquera.

Desde entonces Guilherme se ha convertido en una pieza clave para el esquema blanquiazul y, según el mismo declaró, poco a poco “fue cogiendo confianza y volvió a ser el Guilherme de antes”. El caso es que la clara mejora del desempeño del futbolista ha suscitado el interés de la directiva en hacerse con sus servicios a toda costa. 

El Deportivo acordó una opción de compra con Udinese, pero es elevada para la situación actual del club gallego, por lo que la secretaría téncica, con Richard Barral a la cabeza, tratará de encontrar una solución parecida a la del caso Sidnei: abaratar el costa de dicha opción, un pago por plazos.

El Dépor quiere que el italo-brasileño se convierta en su segunda incorporación para la próxima temporada tras el fichaje de Fede Cartabia. Pese a no contar con ventaja económica, el Deportivo tiene algo muy importante, y es que el jugador está encantado en la ciudad y ya ha mostrado al club su predisposición a quedarse en el club herculino tal y como declaró en rueda de prensa.

Veremos si sus deseos, los deseos del club y los de los aficionados se hacen realidad.