Derrota dolorosa en el día de ayer del Deportivo ante el Alavés en el Municipal de Riazor. El juego del equipo en la primera parte fue bastante "decente", pero la segunda parte recordó a los primeros partidos de la temporada. Además, tras recibir el gol y con más de 20 minutos por delante el equipo no supo reaccionar y el entrenador no manejó bien ni la estrategia, ni los cambios.

La afición está harta. Que el Deportivo no haya ganado aún en 2017 es algo que fastidia mucho en la ciudad de A Coruña, y todas las críticas se enfocan en un solo hombre: Gaizka Garitano. Bien es cierto que los jugadores asumen su parte de culpa, según el propio Juanfran indicó ayer en el Flash Interview, pero la afición ve que el equipo sabe jugar pero que no tiene un capitán que les guíe, y por ello en el día de ayer había muchas voces que pedían la cabeza del técnico vasco.

Algo que no pasaba en mucho tiempo ocurrió ayer. El equipo agradecía al final del partido el apoyo a su afición, pero esta le respondía con silbidos. Este hecho, cuanto menos significativo, podría hacer a la directiva plantearse el cese del entrenador en caso de una derrota en Butarque ante el Leganés el próximo fin de semana. Por lo que, lo más seguro, es que dicho partido sea la última bala en la recámara que tiene Garitano para reconducir la pésima situación deportiva del equipo.